Cambios de estación:
¿cómo afectan a tu salud?

19 de marzo de 2020

Las horas de luz y las condiciones climáticas, juegan un papel importante en cómo nos afecta a la salud y a nuestro estado de ánimo los cambios de estación. Muchas personas sufren los cambios estacionales, se cambian las rutinas y, adaptarse al cambio de hora y de luz, no siempre se lleva bien.

Los resfriados y los problemas de garganta suelen relacionarse más con el frío y el invierno, las bajadas de temperatura debilitan nuestro sistema inmune y nos hace más vulnerables frente a infecciones externas. No obstante, hay que tener en cuenta que estas afecciones pueden darse en cualquier estación, debido principalmente a los cambios bruscos de temperatura y al mal uso del aire acondicionado, entre otros factores.

El cambio a la estación de primavera es uno de los que más afecta a nuestro cuerpo, estamos más felices porque van aumentando las temperaturas y va habiendo más horas de luz, esto hace que aumenten nuestros niveles de endorfinas y serotonina, por lo que se regula el sueño, el estrés, el apetito etc., y siempre que se encuentren estas hormonas en los niveles adecuados, nos sentiremos bien.

Pero, algunas personas sufren en esta estación por la aparición de las alergias estacionales y por lo que se conoce como astenia primaveral, no está considerada como patología médica, pero es un estado que puede ser provocado por el cambio de hora que hacemos al inicio de la estación y que no nos permite adaptarnos poco a poco, sino que tenemos que hacerlo de forma brusca y esto podría estar afectando a nuestro cerebro, apareciendo síntomas como cansancio, depresión, tristeza, falta de apetito, ansiedad, irritabilidad, problemas de sueño, etc.

El Trastorno Afectivo Estacional o TAE es también una forma de depresión que se cree que está ocasionada por la falta de exposición a la luz solar y por los desequilibrios hormonales que pueden aparecer a consecuencia de este hecho. La reducción de horas de luz provoca un desequilibrio en el cuerpo, aumentando la melatonina y disminuyendo la serotonina, por eso, podemos sentirnos más tristes. Es, por tanto, un trastorno que suele afectar en otoño e invierno, y está caracterizado por cambios de humor, irritabilidad, ansiedad, cansancio, tristeza, baja concentración, etc. Si creemos que sufrimos TAE, debemos acudir al médico para que nos paute un tratamiento.

PRIMAVERA

El paso del frío al calor tan repentino hace que nuestro metabolismo se altere, baje la presión arterial y puede provocar depresión y astenia primaveral. Sintiéndonos mas cansados y sin ganas de hacer nada hasta que nos adaptemos al cambio y, además, se junta el deseo ansiado de la llegada del verano. También aparece la alergia estacional, aumentando los síntomas en personas que viven en climas húmedos y con tormentas regulares. Al igual que los climas donde apenas llueve también les perjudica a estas personas alérgicas, al provocar que se acumule el alérgeno.

VERANO

El calor excesivo de esta estación puede provocar cansancio diurno y afectar al descanso nocturno en unas personas y, en otras, puede provocar estados de euforia.

OTOÑO

También aumentan las depresiones, la ansiedad y las migrañas, debido a las precipitaciones características de esta estación y a que los días se van acortando.

INVIERNO

Los días son más cortos y hay menos horas de luz, por lo que aumentan las depresiones por los motivos ya comentados con anterioridad.

No obstante, son episodios depresivos que suelen desaparecer en unas semanas, de no ser así, se debe acudir a un profesional de la salud.

Consejos para afrontar el cambio de estación

Para afrontar los efectos negativos de los cambios de estación y mejorar nuestro sistema inmunológico, debemos comer equilibrado y variado, haciendo 5 comidas al día, y aumentando la ingesta de alimentos ricos en nutrientes, antioxidantes y vitamina C, como las frutas y verduras. Para mitigar los síntomas de los resfriados y el dolor de garganta provocado a consecuencia de los cambios estacionales, puedes tomar pastillas para el dolor de garganta como Angileptol, un medicamento que produce el alivio rápido y completo del dolor y la inflamación de garganta.

Además, se debe descansar adecuadamente, durmiendo todos los días unas 7 u 8 horas, así como evitar el estrés, para ello, se pueden aprender y practicar técnicas de relajación.

Es importante fomentar las relaciones sociales y las salidas al exterior, para gozar de un buen estado de ánimo. Es muy recomendable salir a dar un paseo al aire libre de vez en cuando y ser activo, practicando deporte de forma regular.

Por último, debemos prestar especial atención a los niños y a las personas mayores, son más sensibles a los cambios de temperatura y, al no soler sentir sed con tanta frecuencia, tienen mayores riesgos de sufrir deshidratación. Hay que asegurarse de que todos bebamos suficiente cantidad de agua al día (se puede conseguir este aporte también mediante caldos y sopas, zumos o infusiones).